miércoles, 24 de agosto de 2016

Enhorabuena

Las grandes imágenes del espectáculo nos envuelven cada vez que vemos un artista de gran talla a nivel mundial, la trayectoria que tienen ellos se los gana a base de gran esfuerzo y no lo pierden por nada cuando se enfrentan al escenario con su amplio público. La inseguridad a veces les ronda cuando se lanzan por primera vez y el contrincante es una gran muralla como la misma adversidad que se presenta siempre. El control en el escenario los tiene solo personas que han pasado por un desmoronamiento importante, una caída abismal que es difícil levantarse si uno no pone la importancia debida... el espíritu de lucha. En el caso de las personas que quieran surgir de golpe, no es simplemente el privilegio que llegues a lo alto de la noche a la mañana, tienes que pasar por varios obstáculos y en la mayoría desalentadores cosa que no tiene un grado de sentido. El escenario es único y como es una plataforma de despegue también puede ser de la caída y con pronóstico de frustración total. Varios artistas se han postrado porque no poseen ese control de equilibrio. Un caso sabido en secreto es de una persona totalmente superada. Cuando apareció por ahí en los años del nuevo siglo, nadie pensó que dejaría un aroma pintoresco, un enlace la cual hasta ahora muchas personas que saben de su existencia, se toman la molestia de analizarlo y saber más de él en otro punto. No estamos hablando de un cantante de rock, ni de un gran deportista de balompié, sino de un protagonista ceñido en las letras, lo que ha formado y caracterizado este ser entre comillas. Nunca quiso decir su verdadero nombre y solo posteaba con seudónimos, hasta que se quedó con el apodo singular que fue celebre hasta el día de hoy. Si hablamos del apelativo Don Juan, no se trata del libro del simpatizante heleno Lord Byron, pero ese nombre maquiavélicamente fue tomado y coincidido con el gran autor del nuevo siglo. Más llamaba su atención la inspiración profunda impuesta en aquel episodio; que la edad misma de la persona en escena. No necesariamente tiene que ser un anciano ni un letrado por excelencia para saber sus dotes primordiales. Podemos decir que es la naturaleza a flote lo que sobresale y nos deja tallado una semblanza incorregible al acontecer matutino. Si contamos del uno al diez, ni lo desaprueban o aprueban porque estaba fuera de todo lo previsto. Si hacemos la comparación con un cantante de rock, digamos que fue su bajo rendimiento, lo que produjo el aislamiento del circuito literario. Así es señores, un literato que suena raro porque estamos acostumbrados en ver las luces, las cámaras y la acción primero. También sumamos la ovación de los hinchas cuando se desata un deporte por excelencia en el césped. Mucha gente piensa que para encontrar la armonía de nuestro ser, necesariamente tenemos que practicar un deporte, o dedicarnos a una actividad que nos guste. La lectura también es recomendable sobre todo si le agarras un tono especial al leer. Enamorarnos de lo escrito no puede dar un giro a lo acontecido, no puede manipularnos y sobre todo dar órdenes de lo que pasa. Ahora si sienten alguna debilidad, no será de lo escrito en la superficie sino en el mensaje que llega a nuestra mente y de ahí surge un giro muy importante a todo. Si por ahí alguien cae, pues sin duda es la gran calamidad que surge cuando no hay satisfacción en algo. Simplemente no llegas a los demás, porque han encontrado un enorme defecto en tu presencia. No podemos negar que la envidia no está presente en este caso único, está en la mayoría de los temas como pecado capital y nunca hay que omitirlo ni de broma. El caso simple de la persona es como del cantante o el deportista. El cantante demuestra todo en el escenario, si por ahí le critican que no sabe cantar, como el caso del deportista que no sabe jugar, entonces no tomaría mucho tiempo para que haya un cambio sumamente substancial. Suele pasar hasta en las personas que menos piensas. Supeditados a ciertas normas que no se sabe hasta en el momento que se cierra la trampa en la tranquilidad de tu vista. Se suele pensar que algunas personas son inocentes a este gran abuso inconciente, es como si van a un casino la cual crees escoger los mejores dados del negocio céntrico y los lanzas para ver si la suerte está en tu mano, sabiendo de antemano que son los fieles amigos que te aconsejan y recibes todas las atenciones debidas para estar presente en ese momento crucial. Si ganas pues todas las felicitaciones del medio en que te rodea y si pierdes no te quedará que lamentarte por tu suerte, aunque en este caso el dinero es recuperable, pero el diseño o las raíces no se recuperan si sufren una contrariedad. No queda que salir por la puerta falsa donde personas pobres o poderosas sufren un rápido y frágil declive. El ser que se siente capaz de todo lo logra porque tiene la confianza en sí mismo, eso de la confianza es un misterio, hasta se puede afirmar que pocos, muy pocos lo poseen... ¿ Acaso la confianza es como un juego al azar?

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